De la energía de irradiación a la que estamos expuestos diariamente,
únicamente percibimos
una pequeña parte en forma de luz y calor. La
parte mayoritaria de estas energías
electromagnéticas permanece, sin embargo, imperceptible; esta parte
la componen, por ejemplo, la radiación ultravioleta.
Estas energías
pueden explicarse tomando como referencia el modelo de longitud de onda:
los distintos tipos de radiación se distinguen entre sí por su
frecuencia, p.ej. las ondas de radiofrecuencia son de onda muy larga,
mientras que la radiación óptica pertenece al rango de onda corta. El
rango de frecuencia de la radiación UV comprende únicamente una
minúscula parte del espectro electromagnético.
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